En el primer semestre ese crecimiento se había desacelerado y el ritmo de avance fue –por ello- de tan sólo el 1,7%. En mayo y junio pasados, Perú creció a un ritmo del orden del 2,6%. Como se estima, además, que en el segundo semestre la economía peruana mejorará, creciendo a un ritmo del 4,2% del PBI, es posible que este año, en promedio, Perú logre una tasa de crecimiento del 3%. Nada mal, por cierto.
La economía peruana es –recordemos- muy dependiente de su sector externo. La turbulencia generada por la guerra comercial entre los EEUU y China por ello la afectó fuertemente, desde que el 54% del PBI peruano depende de sus exportaciones. En un clima de incertidumbre la economía peruana moderó su crecimiento.
Habiendo regresado los EEUU y China a la mesa de negociaciones, la economía del Perú ha vuelto a crecer. En particular, la que tiene que ver con los sectores no mineros y de servicios que han recuperado sus tasas normales de inversión.
(*) Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas
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