Mi impresión de que la mayoría de los argentinos está ya harta de la ostensible falta de idoneidad para gobernar de Alberto Fernández y de su deplorable función de mero “títere” de Cristina Fernández de Kirchner, que busca desesperadamente su impunidad (sin tener que devolver nada), está siendo claramente confirmada por las últimas encuestas de intención de voto, de cara a las elecciones nacionales intermedias del próximo mes de octubre.
En efecto, una reciente muestra de “Managment & Fit” evidencia que el 67,7% de los encuestados sostiene que la situación económica de la Argentina ha empeorado respecto del año pasado. Y, peor aún, que un 54,2% está evidentemente convencido de que ella seguirá empeorando el año que viene. Todos ellos están disconformes, es obvio. Más de la mitad.
A lo que cabe sumar que un 37% de los argentinos cree que la corrupción es nuestro principal problema. Más de una tercera parte! Desde el exterior coinciden con esa triste opinión, que ha generado que los inversores nos hayan sacado del clásico menú de sus opciones. Por falta absoluta de confiabilidad.
La disconformidad popular no sólo es grande, también es extendida.
En la Provincia de Buenos Aires, donde las expresiones de populismo para “fidelizar” votos son las más notorias y escandalosas, un 54,9% de los encuestados desaprueba la “gestión” del peronismo, esto es la del joven arrogante Axel Kiciloff, el “delfín” dilecto de Cristina Fernández de Kirchner y el padrino político del diputado por nepotismo, Máximo Kirchner.
El 51% de los argentinos piensa que la que efectivamente “manda” es Cristina Fernández de Kirchner. Y no se equivoca.
En cambio, en CABA, la ordenada y sobria gestión municipal de Horacio Rodríguez Larreta recibe un realmente impresionante 64,2% de aprobación. Se trata –cabe destacar- del político que hoy tiene la mejor imagen, lejos, en la Argentina: un potente 41% positiva.
Si las elecciones fueran mañana, Juntos por el Cambio (la oposición) se impondría en la Nación, con el 52,3% de los votos, contra un 36,7% del patológico y desprestigiado peronismo “kirchnerista”, que para muchos, como hemos dicho, está sobre-inundado de corrupción. Un 11%, en cambio, no sabe o no quiere revelar a quién finalmente votará.
En la Provincia de Buenos Aires, el peronismo hoy probablemente ganaría con el 38,3%, sostenido por el siempre populista y prebendario conurbano, el rincón más “fidelizado” por la dirigencia peronista, contra un, sin embargo, ya interesante 34% de Juntos por el Cambio.
En CABA, como es habitual en el rincón políticamente más educado y avezado del país, la oposición ganaría una vez más. Ampliamente, esto es con el 47% de los sufragios, mientras que Alberto Fernández y su “patrona” real obtendrían, en conjunto, tan sólo un flaco 25,6% de los votos. Muy por debajo de un tercio.
Así están las cosas, aparentemente, al menos.
(*) Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.
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