Las razones de lo ocurrido, además del esfuerzo obvio de los productores, son tres. El impacto beneficioso de los tratados de libre comercio suscriptos por el Perú; la promoción activa de las inversiones en el sector rural; y el aumento de la infra-estructura de irrigación, que ha multiplicado la disponibilidad del agua en algunos importantes valles peruanos que, de pronto, han potenciado sensiblemente su capacidad productiva.
Como también sucede entre nosotros, queda aún mucho para hacer en el plano de la logística y, especialmente, en el del transporte. Hablamos de un servicio absolutamente indispensable que, según se estima, conforma entre el 22 y el 46% del precio final de los distintos productos del campo peruano. Nosotros tenemos un problema similar, aún no resuelto.
(*) Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.
|