Mientras el socialista chileno y actual Secretario General de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, mira olímpicamente para otro lado respecto del deterioro de las instituciones centrales de la democracia en Bolivia, Ecuador y Venezuela, la Carta Interamericana para la Defensa de la Democracia duerme el sueño de los justos.
Pareciera que si alguien llega al gobierno en la región mediante el voto directo expresado a través de las urnas, ello supone que tiene una ilimitada y abierta "patente de corso" para poder manipular -a su gusto y paladar- las instituciones republicanas y violar las libertades civiles y políticas, porque pareciera creerse que el mandato popular convalida todo. El que más votos tiene puede -según muchos- someter a los demás.
No importa qué es lo que, desde el gobierno, se haga con la división y el equilibrio de los poderes; ni con la independencia del Poder Judicial; ni los ataques burdos a la libertad de prensa; ni el pisoteo de las normas y la destrucción del Estado de Derecho.
Tampoco el cercenamiento de la libertad de opinión; o la desfiguración mentirosa de la historia; ni la manipulación fraudulenta de los índices económicos oficiales, como ocurre en la Argentina en el caso vergonzoso del INDEC; ni la intromisión en los asuntos internos de los vecinos; ni las valijas llenas de petrodólares que financian campañas en otros países. No importa nada. Quien tiene el poder goza teórica e insólitamente de plena libertad para violar las leyes y deformar la democracia, porque "ha sido elegido por el voto popular", que "todo lo convalida". Cualquier cosa o atropello. Por brutal que parezca.
Insulza contempla todo esto en sepulcral silencio, una y otra vez. Con una suerte de sonrisa enigmática. Sin hacer o decir nada efectivo. Envuelto en la retórica del disimulo.
El mundo "bolivariano" -sin embargo- se está sacando la máscara. Más en algunas de sus expresiones, que en otras. La más burda es la de Nicaragua, como veremos. Porque Daniel Ortega es un desfachatado abusador. La más disimulada de las experiencias es, probablemente, la de la Argentina.
Pero la "partitura" es siempre la misma. Las tácticas solo difieren en función de los escenarios. La estrategia es, no obstante, una sola: rumbo directo al socialismo más perimido, disfrazado de "moderno". Como denominadores comunes, con sus más y con sus menos, aparecen: (i) el populismo desenfrenado, con el objetivo de que la mayor parte de los votantes "coma de la mano" del gobierno, de manera de que queden "cautivos"; (ii) la reforma constitucional como vía (hay otras, como la de la "delegación") para concentrar poder en el ejecutivo, someter al Poder Judicial, y permitir las reelecciones indefinidas; (iii) el re-escribir mañosamente la historia; (iv) destruir sistemáticamente los valores cristianos; (v) abusar del poder de policía administrativo, a la manera de Vladimir Putin; (vi) inundar todo con la corrupción más desenfrenada; (vii) demonizar constantemente a los adversarios políticos; y (viii) crispar a la sociedad, sembrando constantemente los odios y resentimientos, para alimentar sin pausa la "lucha de clases".
Más desventuras para Daniel Ortega
Algunas líderes de belicosos movimientos femeninistas están dedicadas a poner en marcha un "pacto mundial" destinado a repudiar -en todos los rincones del globo- al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega.
Porque el mandatario centroamericano, habiendo aparentemente abusado sexualmente de su hijastra, Zoilamérica Narváez, ha logrado que la justicia nicaragüense haya archivado las actuaciones, sosteniendo que prescribieron.
Las primeras expresiones de ese pacto, o cerco, de repudio han aparecido ya, en Tegucigalpa, Honduras y en Asunción, Paraguay. Si las protestas femeninas se extienden, como es previsible, Ortega no podrá, en más, circular tranquilo en ningún rincón de América Latina. Se enfrentará al abierto repudio de las mujeres. Flor de problema o incomodidad para el ex guerrillero. Ortega, recordemos, fue acusado en 1998 por su hijastra, concebida por su esposa Rosario Murillo, de haber cometido contra ella abusos sexuales, así como diversas agresiones físicas y psicológicas. El sumario fue enviado a "vía muerta" por la justicia local. La causa está ahora tramitando ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. No está muerta, para nada, queda visto.
Como Insulza ha insinuado ahora que "observará" el próximo proceso electoral municipal nicaragüense, Daniel Ortega ha amenazado con "retirar" a su país de la OEA, lo que -supone- detendrá a su "amigo" Insulza, según sugiere su conducta pasada. De paso, como es costumbre, Ortega llamó a la OEA: "instrumento del imperio y de la oligarquía". Un insulto más, sin consecuencias.
Mientras tanto, ha excluido, en junio pasado, porque se le da la gana, a dos importantes partidos políticos de la posibilidad de participar en las antedichas elecciones municipales. Se trata del "Movimiento Renovador Sandinista", que nuclea a la oposición de izquierda, y del tradicional "Partido Conservador", que agrupa a los de centro-derecha. Ambos movimientos conforman la oposición. Sin ellos en la competencia, ganar es más fácil, sostiene Ortega. La democracia es "flexible", cree, haciendo honor a su credo "bolivariano".
Mientras esto sucede, un grupo de diputados locales pidió a la Contraloría General de la República que investigue el "uso indebido" de recursos del Estado por parte de Daniel Ortega. Como en la década de los 80, Ortega confunde al Estado con su propio Partido. Durante la reciente fiesta patria nacional, Ortega llenó a Managua de carteles con su cara sobre el fondo de los colores rojo y negro del sandinismo, gastando en ello -dicen- la friolera de cinco millones de dólares, lo que es una fortuna en un país donde la miseria está por todas partes. Al acto asistieron, como es habitual, algunos de sus "compañeros de ruta": el caribeño Hugo Chávez ; Manuel Zelaya, el presidente de Honduras que acaba de incorporar a su país al extraño experimento al que se conoce por ALBA, una asociación política y militar de fuerte tinte ideológico "bolivariano"; y el ex obispo católico Fernando Lugo, hoy el Presidente del Paraguay, cuyo gabinete nacional sorprendiera a casi todos por su "inesperada" conformación, mayoritariamente compuesto por hombres que militan en la pequeña izquierda radical de su país.
Seguramente estuvieron presentes también las cuatro guerrilleras de la FARC a las que Ortega ha conferido el carácter de asiladas políticas, en violación flagrante de las normas emanadas del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Como la Resolución 1373, del 2001, que para él simplemente no existen.
Chávez lo avasalla todo: ahora es el turno de los medios de comunicación, sin excepción
La Comisión Nacional de Telecomunicaciones de Venezuela, más conocida como "CONATEL", acaba de incautar los equipos y medios de dos radios opositoras, a las que acusó de violar las normas que gobiernan el uso del espectro radio-eléctrico de su país. Se trata de "Rumbera Network" y "Llanera", cuyas respectivas sedes están en San Juan de los Morros, en el Estado de Guárico. La denuncia de lo sucedido estuvo a cargo del Gobernador de ese Estado, Eduardo Manuitt, un ex aliado de Chávez que ahora compite contra él. Unos doscientos integrantes de la Guardia Nacional ejecutaron amenazadoramente la incautación ordenada y "silenciaron" a las radios.
Esto se hizo para favorecer la candidatura de oficialista del ex Ministro de Telecomunicaciones, William Lara, que se presenta en las elecciones del próximo 23 de noviembre y al que las encuestas dan como claro perdedor. Una "manito" del líder caribeño, como la consumada contra las radios, no le viene nada mal.
Chávez, además, visitó a Guárico, siempre en respaldo de Lara, refiriéndose allí a Manuitt como "falso revolucionario". La rival de Lara es la hija de Manuitt, Jenny. Cuando no, otra expresión del nepotismo, un fenómeno endémico en la política latinoamericana que curiosamente no genera rechazo social alguno, lo que es una muestra de ignorancia.
Mientras esto ocurre, la nueva "Ley Orgánica de Telecomunicaciones, Informática y Servicios Postales de Venezuela", uno de los 26 decretos sancionados en uso de los poderes extraordinarios ("habilitantes") conferidos a Hugo Chávez por la legislatura, conferirá al caribeño poderes extraordinarios y absolutos para, ante cualquier eventualidad que, a solo su criterio, "ponga a riesgo" la estabilidad o el orden público o los intereses de la Nación, pueda suspender, inmediatamente, todas las transmisiones.
Lo antedicho es una herramienta fenomenal para censurar a los 27 millones de venezolanos, cuando lo crea conveniente. No importa que el Artículo 337 de la Constitución de Venezuela consagre el derecho de todos los ciudadanos a la información, aún durante el "estado de excepción". La Constitución cede ante Chávez. La Ley es él. Ni los mensajes de texto, ni las señales de televisión, ni las radios, ni la Internet, podrán -en adelante- ser utilizadas si Chávez no lo permite.
La censura en su más cruda expresión ha quedado consagrada en la "democracia" venezolana. Insulza -no obstante- sigue "mirando para otra parte", distraído, mientras aspira a ser candidato a la presidencia de su país, el año próximo. Por la izquierda, ciertamente. Adiós a los derechos constitucionales de los venezolanos. Sin que nadie reaccione en la región. Grave, por cierto.
Honduras ingresa al "eje bolivariano"
No por inesperada, la noticia tiene menos importancia. Honduras, de pronto, se ha "convertido" al "bolivarianismo", en uno de los casos de "gatopardismo" más llamativos de la historia centroamericana reciente.
En efecto, el presidente Manuel Zelaya, del tradicional Partido Liberal, una agrupación política tradicionalmente adherida al centro, acaba de suscribir, en Tegucigalpa, el ingreso de su país a esa extraña criatura a la que se denomina "ALBA" ("Alternativa Bolivariana para las Américas"), un mecanismo presuntamente de integración económica que no tiene instituciones, ni compromisos expresos, ni marco legal siquiera. Lo que no sorprende, porque el ALBA es un arreglo informal en virtud del cual Venezuela suministra hidrocarburos (o petrodólares) y "oportunidades de negocio" (con el conocido capítulo de la corrupción adosado a ellas) a cambio de poder utilizar un púlpito frente a gobernantes de otras naciones, que se comprometen a aplaudir y vitorear a Chávez.
El ALBA tiene, entonces, cinco miembros: Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia y Honduras. Hay un sexto, aunque de menor significación, que es Dominica, el país volcánico caribeño.
Honduras tiene ocho millones de habitantes, más de la mitad de los cuales viven por debajo de la línea de pobreza, con un desempleo del 28%. Las agrupaciones empresarias del país, unánimemente, rechazaron el ingreso de su país a la órbita de Chávez. Pero no son gobierno. Honduras tiene un tratado de Libre Comercio con el resto de Centroamérica y con los Estados Unidos vigente desde el 2006. Habrá que ver como "compatibiliza" eso con el ALBA. Desde que Manuel Zelaya ha sido ahora designado "Comandante" por Chávez, cabe esperar que el ALBA tendrá preeminencia sobre el acuerdo comercial con el país del norte, lo que generará remezones.
De esta manera, Centroamérica se aleja de la economía abierta y del mercado y camina en dirección al autoritarismo. Nicaragua ya ha llegado a ese escenario. Guatemala, de la mano del social-demócrata Álvaro Colom, parece lista a virar. El Salvador enfrenta elecciones presidenciales que pueden llevar por primea vez a la presidencia de ese país a Mauricio Funes, del Frente Farabundo Marí para la Liberación Nacional, perteneciente en la izquierda radical. Costa Rica, cuyo timón está otra vez en manos de Oscar Arias, tradicionalmente más sensato, está ahora haciendo ruidos que sugieren que quiere incorporarse a Petrocaribe, esto es recibir las dádivas del caribeño, que siempre tienen algún precio político. La influencia de Hugo Chávez y de su patología crece. Con ella la presencia del "socialismo del siglo XXI", eufemismo con el que ahora se disimulan las propuestas marxistas de toda la vida.
Fuente: Economía para todos
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