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Musk, de 49 años, tiene un patrimonio neto de más de USD 188.500 M, 1.500 M más que Bezos. Y Tesla tiene una capitalización de mercado que supera en mucho a las cinco automotrices más grandes del mundo sumadas, aun cuando ni de cerca produce tantos autos.
Lo que escribí en una columna anterior (Tesla, Elon Musk y Bitcoin: magistral lección de economía) está quedando cada vez más claro: el mercado no compra en base a los fundamentales (ganancias, producción, futuras, etc.) de las empresas, sino cuando intuye que esa acción tiene potencial para subir, por distintas razones. A muchos les gusta hablar de “expectativas”, pero se parece más a “esperanza” porque las expectativas hacen referencia a la previsión de que esos fundamentales se superarán en el futuro, mientras que la esperanza tiene más que ver con unas ideas claras, progresistas, con avances importantes y un liderazgo firme pueden obtener logros hoy impensables.
Y Elon Musk es uno de esos líderes que, entre otros tantos logros, desafió la cuarentena y ganó, “privatiza” la actividad espacial -y su infinito potencial- haciéndola mucho más eficiente. Así, gracias a que sus acciones han subido un 730% en un año, el presidente de Tesla (NASDAQ:TSLA) Inc superó al máximo jefe de Amazon.com Inc (NASDAQ:AMZN), Jeff Bezos -un conservador amigo de lo políticamente correcto-, para convertirse en el hombre más rico del mundo.
Musk, de 49 años, tiene un patrimonio neto de más de USD 188.500 M, 1.500 M más que Bezos. Y Tesla tiene una capitalización de mercado que supera en mucho a las cinco automotrices más grandes del mundo sumadas, aun cuando ni de cerca produce tantos autos.
Entretanto, el Bitcoin (BTC) no se queda muy atrás y sube un 400% en un año.
Como decía en mi última columna Mas combustible para el Bitcoin que sigue rompiendo récords, se discute si el BTC es moneda o no lo es, y lo cierto es que monedas como el oro tienen un valor propio, es decir, si el metal precioso baja de precio como medio de intercambio, sigue valiendo para joyería e industria, en cambio, de qué serviría el BTC si de golpe lo venden masivamente el 2% de las cuentas que tienen el 95% de su suministro.
Y, sin embargo, el desempeño del BTC ha sido muy superior al del oro, o sea, el mercado sencillamente hace lo que se el antoja al punto de que ni siquiera está dispuesto atarse a lo que digan los economistas clásicos o conservadores. Por tanto, cada vez queda más claro lo que los burócratas estatales y políticos, que pretende anticipar -planificar- al mercado son dignos de ser estudiados por la dinosaurología.
La volatilidad de Bitcoin es tal que, después de que superar los USD 40.000 por primera vez, este jueves, cayo más de 8% en solo media hora, y el lunes los precios fluctuaron hasta un 17%. ¿Qué será del futuro en el largo plazo de una inversión que no es en sí misma productiva ni tiene valor propio aparente? Es un enigma, de momento muestra una curva claramente ascendente a pesar de los altibajos.
La capitalización del mercado de las criptomonedas es cinco veces superior a los niveles del año anterior debido a la demanda de los comerciantes minoristas especulativos, los fondos cuantitativos que siguen tendencias, los inversores ricos e incluso institucionales. Y la fiebre especulativa ha sido tal que Coinbase Inc., el intercambio digital más grande de EE.UU., dijo que está experimentando “problemas de conectividad” tanto en el sitio web como en la aplicación móvil.
El valor de mercado total de las criptomonedas superó el billón de dólares por primera vez el jueves y el Bitcoin representa aproximadamente dos tercios de ese valor, seguido de Ether en aproximadamente el 13%, según los datos de CoinGecko.
Sin dudas, entusiasma el pronóstico a largo plazo del precio de Bitcoin de JPMorgan Chase & Co. “Este movimiento parabólico hacia arriba, con firmas de Wall Street normalmente serias, como JP Morgan, fijando a USD 146.000 su precio objetivo para Bitcoin, y Guggenheim a USD 400.000, parece que tiene un largo camino por recorrer antes de agotarse”, dijo Guy Hirsch, director gerente de EE. UU. en eToro. “No sería tan sorprendente ver USD 100.000 en algún momento de este año, dado el impulso actual”.
Y también ayuda la actualización regulatoria de EE.UU. que abre la posibilidad de que los bancos utilicen criptomonedas para pagos. Y, claro, los inversores buscan refugios frente a la masiva emisión monetaria global y el riesgo de una inflación más rápida, un poco como el oro.
A favor del oro, el valor resguardo histórico por excelencia, recordemos que cuando Richard Nixon puso fin al sistema de Bretton Woods en 1971, es decir, desligó definitivamente al dólar del metal precioso, su precio rondaba los US$ 40,62/onza, lo que significa que hasta hoy aumentó un 5000%, u 800% en términos reales descontada la inflación. Y el rendimiento del último año no es nada despreciable, un 23%.
En fin, rendimientos que, de momento, se reflejan en pesos dado el blue relativamente estable debido a que la inflación (no así el IPC “inflación” oficial) baja -dada una mayor discreción en la emisión monetaria- como se ve en el gráfico del profesor Steve Hanke:
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